domingo, 13 de noviembre de 2011

El principito




"Rectifico, pues, mi dedicatoria:
A LEON WERTH
(Cuando era niño)".

"Las personas mayores siempre tienen necesidad de que se les explique".

"Es cuestión de disciplina -me decía el principito-. Cuando uno termina de lavarse y arreglarse por la mañana, hay que arreglar también al planeta".

"¿Sabes?... Cuando uno está realmente triste le gustan las puestas de sol".

"Entonces, ¿para qué sirven las espinas?"

"Si alguien ama a una flor de la que solo existe una en millones y millones de estrellas, es suficiente para sentirse feliz cuando mira a las estrellas. El se dice: 'Mi flor está allí, en alguna parte'... Pero si el cordero se come la flor, ¡para él es como si súbitamente todas las estrellas se extinguiesen! ¿Es esto, o no es, importante?"

"Debí juzgarla por sus actos y no por sus palabras".

"A cada uno hay que exigirle lo que cada uno puede dar -replicó el rey-. La autoridad reposa, en primer lugar, en la razón".

- "¿Para qué bebes?"
- "Para olvidar".

"Me pregunto -dijo- si las estrellas están encendidas para que cada uno pueda encontrar la suya".

- "¿Dónde están los hombres -preguntó al fin el principito-. Se siente uno solo en el desierto..."
- "También se siente uno solo entre los hombres- dijo la serpiente".

- "No -le contestó el principito-, busco amigos. ¿Qué significa 'domesticar'?"
- "Es una cosa muy olvidada -dijo el zorro-. Significa 'crear lazos'..."
- "¿Crear lazos?"
- "Ciertamente -dijo el zorro-. Para mí tú no eres aún más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no tengo necesidad de ti. Y tú tampoco tienes necesidad de mí: yo no soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero si tú me domesticas, tendremos el uno necesidad del otro. Serás entonces el único del mundo para mí. Yo seré también para ti el único en el mundo".

"Al principio te sentarás un poco lejos de mí, en la hierba. Yo te miraré de reojo y tú no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca… Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres ya empezaré a ser feliz. A medida que avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me angustiaré y me sentiré inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón… Tiene que haber ritos…


"Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos".


Y así fue cómo pasé mi domingo...



martes, 5 de julio de 2011

Como leí una vez en Twitter: "Tengo un crush y no sé qué hacer con él".
Así de simple.

sábado, 23 de abril de 2011

Fíjate

Extraño lo que no fuimos.
Y lo poco que fuimos, también.
Extraño la idea de un futuro, el quizás.
Extraño las mariposas, no solo en el estómago, sino en todo el cuerpo.
Extraño la esperanza, bien ciega ella.
Extraño la angustia y la alegría sin sentido alguno.
Extraño la espera por un algo.
Extraño el nosotros.
Extraño los gestos que faltaron.
Los besos que no sobraron.
Extraño la incertidumbre.
Extraño el cómo y el por qué.
Extraño el querer y el poder.
Extraño estar tan llena y vacía al mismo tiempo.
Extraño el frío y el calor.
Extraño pensarte.
Extraño que me importe.
Extraño las rosas y los clichés.
Extraño meter la pata.
Oh, las risas y las lágrimas; a ellas las extraño también.

Pero, fíjate, que de todas las cosas, a lo que menos extraño es a ti.

miércoles, 13 de abril de 2011

¡Taxi!





  • "¿Conoce usted esos días en los que se ve todo de color rojo?
  • ¿Color rojo? Querrá decir negro.
  • No, se puede tener un día negro porque una se engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe por qué."

Holly
Golightly
decía que, cuando tenía días rojos, solo agarraba el taxi a Tiffany's porque nada malo podía suceder ahí. Para ella, Tiffany's era el cielo; se sentía segura y tranquila. Quizás era por el esplendor de los diamantes, ¿quién sabe?

Pero ella no tenía nombre y no pertenecía a nada ni a nadie. Soñaba con encontrar un hogar que la hiciera sentir como Tiffany's y cuando lo hiciera, le pondría nombre al gato y quizás a ella.

No quería estar en una jaula cualquiera, porque buscaba encontrar la suya propia.

Huía de todos, pero realmente huía de ella.

No sabía quién era, pero sabía que encontraría la respuesta.

Holly Golightly desapareció y nunca se supo si encontró Tiffany's, o si le puso nombre al gato.

A mí me gusta pensar que sí.

Y es que al final, ¿quién no ha sido Holly Golightly?



martes, 15 de febrero de 2011

1984

"Quien controla el pasado controla el futuro y quien controla el presente controla el pasado."
George Orwell