sábado, 11 de agosto de 2012

Rebe te cuenta

Si hay un problema con la estabilidad es que implica aburrimiento en cantidades industriales. Todo bien o medio bien, pero nunca maravilloso o muy malo.

He aprendido con el tiempo que uno no olvida por completo. Los recuerdos dejan de doler o incomodar y en ese caso, me siento feliz de recordar con calma. 

Últimamente dudo hasta de mi sombra. 

Si pudiera pedir un deseo en este momento sería pasar el resto de las vacaciones en la playa. Con piña colada y todo en mano.

Lo último que quiero en estos momentos es regresar a la universidad, pero no por las clases.

Todos están emocionados por graduarse en un año. Yo siento PÁNICO. Me gusta mi universidad, me gusta mi carrera, me gustan mis amigos. Tengo miedo del cambio, de tener que enfrentarme a una rutina sosa. My body is not ready. 

Creo que nunca me había sentido tan cómoda con mi soledad. Y cuando hablo de soledad me refiero a mi soltería.

Faltan dos meses para mi cumpleaños y ya está empezando la ansiedad.

La razón de este post es que he querido retomar mi blog y hacerlo en serio. Ser constante. Tenía muchas cosas que quería compartir, pero no sabía por cual empezar, así que decidí resumirlas de esta manera. Espero lograr mi propósito 

jueves, 22 de marzo de 2012

No te deseo mal, pero...

Ojalá que cuando tires, se rompa el condón y haya una escasez de Postinor y cualquier cosa que se le parezca.

Ojalá te quedes calvo.

Ojalá que cuando vayas al cine, se sienten unos tukkys escandalosos al lado.

Ojalá que la próxima vez que vayas, se siente la parejita más intensa del mundo.

Ojalá te agarre colas infernales todos los días.

Ojalá se dañe el carro y tengas que agarrar el Metro en hora pico.

Ojalá maten a tu personaje favorito de tu serie favorita.

Mejor: ojalá la cancelen.

Ojalá que cuando vayas a comprar ropa o zapatos, no quede talla o color de lo que quieres.

Ojalá siempre estés en GSM.

Ojalá se te pierdan las llaves.

Ojalá se destiña tu franela favorita.

Ojalá te salgan más espinillas en tu cara.

Ojalá se te olvide la contraseña del Twitter y del Facebook.

Ojalá se te olvide la calculadora el día del examen.

Ojalá que cuando vayas a un centro comercial, las escaleras eléctricas estén dañadas.

Y por último, pero no menos importante: ojalá que algún día pueda darte una patada en las bolas.